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sábado, 31 de mayo de 2014

¿Cómo saber qué es lo mejor para nuestros hijos?

Creo que esa es la duda eterna que tenemos los padres y madres cuando tenemos hijos o queremos tenerlos, si vamos a ser buenos padres y madres, si vamos a saber educarlos, si serán buenas personas en el futuro y todas esas cosas. Yo, que tengo mis propias opiniones sobre religión, no creo en la iglesia, ni en que un hombre pueda ser el representante de "Dios" en la tierra, no he bautizado a mis hijos, y por ahora tampoco han hecho la comunión, considero que tengo que educar a mis hijos para que sean buenas personas, que se ayuden mutuamente y ayuden a los demás. Que siempre traten con respeto a todo el mundo, dando igual cómo sean esas personas. Siempre tratando al resto con respeto. Enseñarles a no ser "crueles" con los otros niños... Y todo eso se puede conseguir sin maltratarlos físicamente. Porque eso de una "nalgada a tiempo" es un mito de debería ser erradicado.

jueves, 29 de mayo de 2014

¡Es increíble!

Cada vez me sorprenden más de manera negativa las madres y los padres de los niños y niñas de mi alrededor. Resulta que si sus hijos son algo diferentes físicamente que al resto de sus compañeros, prefieren ocultarlos a que afronten sus carencias físicas, es decir, porque "los niños son crueles" hay que taparlos. En vez de enseñar a sus hijos a aceptar su condición física y a saber respetar el físico del resto de los niños de su alrededor, prefieren crearles complejos innecesarios, porque "los niños son crueles". Los niños no nacen crueles, los adultos los hacemos así. Así que el comentario de es que "los niños son crueles", debería cambiarse a "mis hijos se aceptan tan y como son y lo que diga el resto plin". Empezando desde la cuna, los niños deben saber que todos aunque diferentes, somos iguales. Hay niños con los ojos claros, otros con los ojos oscuros, otros altos, otros bajos, otros con discapacidades físicas, diferentes inclinaciones sexuales o religiosas, etc. Y así, ir cambiando ya esa famosa frase hasta acabar con ella. Si tu niño o niña es cruel, es porque tú como madre o padre se lo has inculcado, o si no, lo has aceptado como "normal".